Que el programa gubernamental FTP (en manos del ex
gerenciador Fernando Marín) demore intencionadamente el pago de los fondos que
se habían comprometido a abonar en tiempo y forma y que el Comité normalizador de
la AFA (en manos de Armando Pérez, otro entusiasta promotor del ingreso de las
SA en el fútbol argentino) acompañe dicha maniobra dispara temores para nada
infundados que desde el gobierno nacional (ambos dirigentes responden políticamente
a Mauricio Macri) se esté buscando ex profeso la desfinanciación de las
divisionales del Ascenso para ahogarlas económicamente para abrirle las puertas
a los privados, una posición ideológica que el presidente de la nación viene
sosteniendo públicamente desde la década de los años 90.
Si a eso se suma el incumplimiento gubernamental de la
promesa que los viajes de los equipos de la divisional serían cubiertos con
fondos de la Secretaria de Transporte de la Nación y también el no cumplimiento
de las jurisdicciones porteña y bonaerense de hacerse cargo de los
gastos de los operativos de las fuerzas policiales, han llevado a los clubes a la situación límite de verse obligados a recurrir al derecho de huelga
ante el riesgo de aproximarse al abismo de la quiebra de prolongarse la
presente situación.
Quienes desde el poder denuncian que el paro del fútbol del Ascenso responde a motivaciones políticas demuestran una total ignorancia sobre la real
situación de los clubes o manifiestan una nítida mala fe que encubre oscuras motivaciones
donde el tema de la imposición de las SA no es ajena.
La suerte y existencia de los clubes en general y de nuestro
club Chacarita Juniors en particular está en juego. Ese es el único motivo del presente paro
