Desde un principio dije que quieren sacarle la causa de la muerte de Nisman a la justicia ordinaria para llevársela al fuero federal y allí manipularla con los jueces y fiscales manejados por los ex agentes de los servicios de inteligencia.
No
les interesa la justicia, ni la verdad, ni la vida de Nisman, sólo les interesa
que la operación no se les caiga y,fundamentalmente, que una fiscal sencilla y
honesta no descubra la participación que tal vez tuvieron en la instigación de
la muerte del fiscal los que hablaron con él en las últimas 48 horas anteriores
a su fallecimiento.
Estoy
seguro de la buena fe de muchos de los que se sumaron a la marcha del 18-F. También
estoy seguro que en pocos días muchos de ellos - dejando de lado a los
odiadores seriales - se reprocharán haber contribuido a que el entramado mafioso
de grupos económicos y mediáticos, ex servicios de inteligencia y sectores del
poder judicial se sienta fortalecido y termine coronando su jugada
distorsionando e impidiendo que sepa la verdad sobre el caso Nisman. Pero toda
la verdad.
Estan
haciendo lo imposible por apartar a la fiscal Fein de la investigación porque
no es una de "ellos". Este accionar confirma que desde el principio y
hasta el fin, incluyendo la trágica muerte del fiscal, la operación Nisman tuvo
como propósito crear un estado de conmoción pública que provocara inestabilidad
institucional.
Como
lo tuvieron los saqueos del 89 que acompañaron el golpe de estado económico contra
el gobierno de Raúl Alfonsin. Muchos compatriotas después de 25 años me dicen :
"estoy arrepentido porque en ese momento no lo entendí". No
sería bueno para la democracia ni para la salud de la sociedad que mañana haya
ciudadanos que me digan "estoy arrepentido porque ese día no me di
cuenta con quien y por quien marche".
Tal
vez si dejáramos que una mujer sencilla con 38 años de servicio en la justicia
pudiera actuar sin ser presionada con marchas, artículos periodísticos y
descalificaciones podríamos llegar a la verdad sin la necesidad de promover
tanto odio y resentimiento.
Pero
claro sería mucho pedir que los que siempre pretendieron imponer la violencia
sobre la paz, el autoritarismo sobre la democracia y la mentira mediática sobre
la verdad del pueblo renuncien a sus herramientas.
