LA
FIFA TRABO LAS OPERACIONES DE INVERSORES PRIVADOS EN EL FUTBOL
Son
los fondos de inversión con que se nutren la mayoría de los clubes en el mundo
para comprar pases de futbolistas. La esperanza es que la actividad gane en
transparencia. La AFIP ya había anunciado en febrero que se acoplaba a la
medida.
El
curso de la historia económica del fútbol cambió desde el 1º de mayo que se
acaba de ir.
El viernes pasado entró en vigencia la prohibición de la FIFA para
que operen los TPO o Third Party Ownership (Propiedad de terceros), o sea, los
fondos de inversión con que se nutren la mayoría de los clubes en el mundo para
comprar pases de jugadores.
La
medida se había aprobado el 18 de diciembre de 2014 y se difundió mediante la
circular 1464, pero se aplicará desde ahora mientras se cumple un período de
transición para los contratos firmados antes de aquella fecha. Los más viejos
caerán con su vencimiento y los que se suscribieron desde el 1º de enero de 2015
hasta hoy deberán adaptarse a la norma en un año.
Sin
los TPO, a priori el fútbol ganará en transparencia, las instituciones deberán
utilizar ingresos genuinos y los fondos o inversores privados tendrán vedada su
participación en el mercado.
En
la Argentina, la AFIP ya había anunciado en febrero que se acoplaba a la nueva
medida. Para Alejandro Maron, el presidente de Lanús, “es una decisión que
sirve para ayudar a aplicar mejores controles”.
Como
era de esperar, la regla sancionada por la FIFA ya tiene respaldos y
detractores.
Entre
los primeros, los más importantes son de la UEFA y de Fifpro, el Sindicato
Internacional de Futbolistas Profesionales. En el segundo grupo está la Liga de
España (LFP), una de las más poderosas del mundo, que ya interpuso un recurso
ante la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea para vetar la
norma.
En
nuestro país, a no ser por la comunicación de la AFIP en febrero, el tema no
trascendió ni siquiera en los medios. Mucho peor es que ni se trató en el Comité
Ejecutivo de la AFA, habida de cuenta de lo mucho que dependen sus clubes
afiliados para contratar jugadores con fondos aportados por terceros.
Maron,
que representa a uno de los clubes más sólidos del país, dice que “habrá más
transparencia en la competencia. Tendremos mayores certezas de que se juega con
recursos de los clubes y no con fondos aportados por padrinos que salen de otro
lado”.
La
normativa de FIFA y que la AFIP asimiló a nivel nacional dice: “A partir del 1º
de mayo de 2015, ningún club o jugador podrá firmar un contrato que conceda a
un tercero el derecho de participar, parcial o totalmente, del valor de un
futuro traspaso de un jugador de un club a otro, o que le otorgue derechos
relacionados con futuros fichajes o con el valor de futuros fichajes”.
Para
fundamentar su decisión, el Comité Ejecutivo de la FIFA que preside Joseph
Blatter modificó el artículo 18 bis y agregó otro (el 18 ter) en el Reglamento
sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores. Los dos establecen que habrá
sanciones para los que no cumplan desde el 1º de mayo: “La Comisión
Disciplinaria de la FIFA podrá imponer sanciones disciplinarias a los clubes
que no cumplan las obligaciones estipuladas...”.
El
oleaje que provocó la norma en Europa todavía no llegó a la Argentina. Acaso
por la anomia que gobierna a la AFA, donde no se tomó una decisión orgánica
sobre el tema. Mal podría haberla porque se mencionó “muy por arriba” la
circular de la FIFA en febrero y no se volvió a discutirla.
El fútbol
nacional vive al borde del quebranto, entre otras cosas, por su corrupción
estructural, estimulada por la participación de terceros que se llevan la parte
del león en muchas de las transferencias.
Una
fuente de la AFIP dijo este verano: “Se adapta nuestra legislación a las normas
de la FIFA. El objetivo es por un lado social, porque buscamos que los clubes
sean ricos y no los hombres de negocios. Fortalecemos la economía genuina de
las instituciones deportivas y la transparencia en las operaciones”.
Desde
el fisco ya habían comenzado a verse con lupa las operaciones del mercado
futbolístico. En enero de 2013 se estableció un régimen de registración de los
contratos para verificar las transferencias de fondos y bloquearlos si se tenían
dudas sobre la legitimidad de la transacción. También se acordó con la FIFA el
intercambio de información a través del Registro de Transferencia de Jugadores (TMS).
Pero
el eje de este conflicto pasa por lo que se resuelva en Europa, donde dos
Ligas, las de España y Portugal, ya presentaron un recurso ante la Dirección
General de Competencia de la Comisión Europea porque aducen que se vulneran
varias libertades como la de circulación de capitales y la prestación de
servicios. “Nosotros hemos duplicado los ingresos, hemos jugado diez finales y
ganado siete títulos desde que en 2008 empezamos a utilizar este tipo de
financiación”, advirtió Miguel Angel Gil Marín, consejero delegado del Atlético
Madrid.
Fue
más lejos el presidente de la LFP española, Javier Tebas: “Si no podemos
utilizarlos en cinco años la Premier será como la NBA y el resto de los
campeonatos habrán perdido interés. Esto puede derivar en que los grandes
clubes decidan crear una Liga europea. Poder utilizar los fondos es tan
importante como la venta centralizada de los derechos televisivos”.
El dirigente se refiere a la Liga Inglesa,
donde los TPO están prohibidos y ni siquiera son necesarios porque los derechos
de transmisión que la televisión les paga a los clubes son siderales: unos 3
mil millones de euros de acuerdo con el último contrato.
En
un comunicado institucional, la Liga Española que reúne a los clubes, dice que
confía “en que la Comisión Europea actúe con celeridad, iniciando el pertinente
expediente sancionador contra la FIFA y anulando la prohibición de los TPO. Esta
anulación permitirá a todos los perjudicados por ella en la UE reclamar las
indemnizaciones económicas pertinentes contra la FIFA. Las denuncias y demandas
contra la prohibición mundial del TPO pueden extenderse a otros países fuera de
la UE”.
Como
moneda de cambio, la LFP propone que los fondos de inversión no puedan tener
intereses en más de cuatro futbolistas por plantel y un máximo de seis en las
filiales (que en España son muchas, como la del Real Madrid Castilla), además
de que el porcentaje sobre los pases nunca podrá superar el 50 por ciento en
manos de terceros, ni éstos podrán manejar a juveniles menores de 16 años.
Si
las Ligas de España y Portugal se pusieron firmes contra la FIFA; la UEFA y el
Fifpro la apoyan. También han recurrido a la Comisión Europea, aunque para que
no tengan validez las excepciones a los contratos firmados antes del 1º de mayo.
O
sea que los fondos dejen de tener pases de futbolistas desde ahora. El
secretario general del sindicato internacional de jugadores, Theo van Seggelen,
declaró: “A pesar de la prohibición que ha anunciado la FIFA, que es
bienvenida, Fifpro no está dispuesto a dormirse en los laureles. Vemos la
necesidad de reforzar la posición de la FIFA y de crear un argumento todavía más
sólido que mejore el nuevo Reglamento”.
Es
por demás curioso cómo funcionan los intereses económicos alrededor del fútbol.
La FIFA y el gremio que representa a los futbolistas se unen detrás de la misma
medida y en contra de los intereses patronales, representados por los clubes más
influyentes del planeta.
El 11
de mayo está prevista una reunión en Madrid entre todas las partes del conflicto
y 2015 será clave para el reacomodamiento de los poderosos en el mundo del fútbol.
Justo
cuando se cumplirán en diciembre veinte años de otro hecho fundante como la Ley
Bosman de 1995. Aquella que permitió la libertad de movimiento de futbolistas dentro
de la Unión Europea, sin que por ello ocuparan una plaza de extranjero. Y también
cuando el Fifpro que los representa cumplirá su 50º aniversario.
