Mientras se estrena este mismo viernes 5 de junio la película "United Passions" que mandó hacer Batter con un costo de 27 millones de dólares como autobombo personal, simultáneamente el máximo
dirigente de la FIFA fue obligado a renunciar por la Unión
Europea, en una maniobra de los europeos para impedir que EEUU tome el control del fútbol mundial.
Sea EEUU o la UE, a partir de ahora se avecina un futuro peor para Sudamérica
y el resto de las confederaciones más débiles.
"No podía hacer una película a lo Michael Moore". Frederic Auburtin es el director de United Passions, la película apologética de la FIFA que, como si nada hubiese sucedido, se estrena este viernes en Estados Unidos.
"No podía hacer una película a lo Michael Moore". Frederic Auburtin es el director de United Passions, la película apologética de la FIFA que, como si nada hubiese sucedido, se estrena este viernes en Estados Unidos.
"Como
decimos en Francia, no seas más realista que el rey". Auburtin se
justificó ayer en The New York Times, el mismo diario que, una semana atrás,
anticipó la redada policial que inició el principio del fin.
"Género:
Drama", dice la presentación oficial de United Passions. El drama, claro,
es la lucha de tres superhéroes. No Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, sino el
viejo presidente FIFA Jules Rimet (interpretado por Gerard Depardieu) y sus dos
últimos sucesores, Joao Havelange (Sam Neil) y Joseph Blatter (Tim Roth). Su
misión es salvar al fútbol de la villana Inglaterra, que se cree la dueña de la
pelota.
Estrenar
en salas comerciales un bodrio que costó a Blatter 27 millones de dólares
confirma acaso que Estados Unidos no sabe mucho de fútbol. Pero Estados Unidos
tiene al FBI, el organismo que terminó haciendo trizas la cultura de sobornos
que reinó desde 1974 en la FIFA. Cuatro décadas de Havelange-Blatter.
PARA SEGUIR LEYENDO EL ARTÍCULO, CLIQUEAR SOBRE LA FRASE EN COLOR ROJO QUE DICE: "Leer artículo completo"
PARA SEGUIR LEYENDO EL ARTÍCULO, CLIQUEAR SOBRE LA FRASE EN COLOR ROJO QUE DICE: "Leer artículo completo"
El
soborno más bizarro sucedió el 6 de junio de 2000. Fue cuando el neocelandés
Charles Dempsey, 86 años, presidente de la Confederación de Oceanía, se escapó
en medio de la votación y, con su ausencia, permitió que Alemania ganara 12-11
a Sudáfrica y se quedara con el Mundial 2006.
"Sufrí
una presión intolerable", dijo Dempsey en el aeropuerto de Singapur,
primera escala de su huída a Nueva Zelanda. "Amenazas de muerte",
añadió en Zurich Keith Cooper, vocero de la FIFA. Channel 4, de Inglaterra,
denunció que un sobre con un fax había sido deslizado en la medianoche previa
en las habitaciones del Dolder Grand Hotel de Dempsey y de otros seis miembros
del Comité Ejecutivo de la FIFA.
"Lo
hice por mi país", se defendió Martin Sonneborn, firmante del fax. Un
hombre de Channell 4 lo llamó haciéndose pasar por un dirigente, hasta que le
dijo que era periodista y que había grabado la conversación. "¡Dios
mío!", dramatizó Sonneborn. Otro periodista le preguntó si su oferta para
que votaran por Alemania podía interpretarse como un intento de soborno:
"seguro, si tienes hambre", respondió. Sonneborn era editor de la
revista satírica Titanic.
Y la
FIFA se dio cuenta que todo era una broma cuando se conoció el detalle del
soborno alemán: salchichas, jamón y "un hermoso reloj cucú". La
historia oficial se quedó con la broma de Sonneborn. Pero la extraña huída de
Dempsey fue algo mucho más serio.
Un
empate 12-12 en la votación final hubiese obligado al presidente Blatter, así
lo había anticipado públicamente, a definir por Sudáfrica. Sin Dempsey, Blatter
quedó a salvo de irritar al amigo alemán, que se quedó con un Mundial
inesperado.
El
trabajo sucio en la agónica recolección de votos estuvo a cargo del socio de
Beckenbauer , Fedor Radman, ex hombre de Horst Dassler en Adidas y del magnate
de TV Leo Kirch. El plan incluyó llevar a Bayern Munich allí donde se precisara
un voto (Malta, Túnez y Bangkok) o regalar derechos de TV (Trinidad y Tobago).
¿Y
Dempsey? El neocelandés que desapareció de la votación asustado por el reloj
cucú se había ido en realidad de Zurich con 250.000 dólares en su cuenta. Lejos
de castigarlo por su actitud, la FIFA lo premió en 2004 con una Orden del
Mérito. Lo cuenta el periodista británico Andrew Jennings en su libro Omertá.
Ni Alemania 2006 ni Beckenbauer forman parte hoy de la investigación del FBI.
Sí
en cambio el Mundial siguiente que buscó compensar a Sudáfrica, en 2010. Un
supuesto soborno de 10 millones de dólares a Jack Warner, entonces presidente
de la Concacaf, había agravado en las últimas horas la situación de Blatter. El
suizo que se había ganado el apodo de "Bla-bla-Blatter" por su
verborragia, utilizó ayer menos de cinco minutos para anunciar el fin de sus 17
años de reinado.
A
Estados Unidos, dijo el especialista John Shulman, nunca le interesó el fútbol,
sufre "empresas mucho más corruptas que la FIFA" y no tiene un número
de víctimas en esta causa que justifiquen tamaña movilización de su aparato
judicial. La investigación
del FBI, añadió Shulman, busca "presionar por motivos geopolíticos" a
Rusia y Qatar. Que son las sedes de los Mundiales 2018 y 2022.
Una
polémica doble votación de 2010 que, ahora, según advierte Greg Dyke,
presidente de la Federación inglesa, debería ser revisada. Noah Feldman,
constitucionalista en Harvard y autor de un libro sobre una nueva Guerra Fría,
escribió a su vez en Bloomberg sobre los riesgos de haberle aplicado a la FIFA
una ley extraterritorial (ley RICO) contra el "crimen organizado" y
cuya "letra chica es incendiaria".
Según
Feldman, el gobierno estadounidense "está diciendo que la FIFA se
convirtió en una mafia". El resto del mundo, dice Feldman, puede agradecer
que Estados Unidos haya decidido poner fin a la corrupción endémica en la FIFA.
"Pero es una visión muy optimista. A través del uso creativo y agresivo de
una ley estadounidense altamente inusual -advierte el especialista- Estados Unidos también puede ser
visto como en un intento de toma del fútbol internacional".
"¿Habría
actuado el FBI del mismo modo si hubiesen sido banqueros?", se pregunta
Jon Stewart en The Nation.
Es
cierto, cinco poderosos bancos que estafaron durante años a miles y miles de
ciudadanos estadounidenses acaban de sufrir una multa récord de casi 6.000
millones de dólares. "Pero es un crimen sin criminales", ironiza
Stewart, porque no hubo banqueros presos. "Tuvimos una serie asombrosa de
crímenes, pero ni un solo condenado identificable. ¿Quién manipuló los
mercados? ¿Los edificios bancarios?", ironizó Charles Piece en Esquire.
Havelange,
según Jennings, se robó 45 millones de dólares en su mandato de 24 años,
incluídas las coimas que la empresa de marketing ISL siguió pagándole hasta su
quiebra en 2002. Cuánto pudo haber recaudado Blatter, por ahora, es un
misterio. Ni siquiera su sueldo se sabe. ¿Seguirá su sobrino Philipe a cargo de
negocios de hospitalidad y palcos VIP en los Mundiales? ¿Y los hermanos
mexicano Byrom, que nunca supieron explicar por qué la reventa de boletos
beneficiaba siempre a dirigentes de la FIFA? Ahora todos toman distancia,
incluída Coca Cola, socia eterna de la dupla Havelange-Blatter. AC y DC, en la
FIFA, no era Antes de Cristo y Después de Cristo. Era Antes de Coca Cola y
Después de Coca Cola.
Blatter prolongó el imperio de
Havelange como dique de contención del Tercer Mundo ante Europa.
Se
disfrazó del Don King que le decía a Muhamad Alí que le diera las peleas a él,
no a los blancos explotadores. Los poderosos clubes de Europa, se teme ahora,
recuperarán espacio para no ceder tan fácilmente a sus estrellas a las
selecciones nacionales del Tercer Mundo, como sucedió años atrás. Pero las
Federaciones pobres abusaron.
Así
como Blatter inventó torneos y hasta designó dos Mundiales juntos, las
Federaciones, también codiciosas, crearon amistosos en lugares exóticos y
nuevos torneos. Bajo el argumento de la preparación, los dirigentes, por
izquierda, terminaron ganando por esos partidos más dinero que los propios
jugadores. Era un escándalo.
Tarde, Blatter echó a algunos de sus dirigentes
más corruptos y contrató fiscales y jueces propios para que lo investigaran.
Uno de ellos fue Michael García, a cargo en tiempos de George Bush de la
fiscalía Sur de Manhattan, que era estrechísima de la fiscalía de East
Brooklyn, la misma que dirigió Loretta Lynch hasta su designación como
procuradora general.
Cuando
la revista satírica Titanic quiso "sobornar" a la FIFA para que
Alemania ganara la sede del Mundial 2006, el popular Bild, furioso, invitó a
sus lectores a que insultaran a los bromistas que habían puesto bajo riesgo la
postulación. Fueron nueve horas de llamadas a la redacción de Titanic.
-"Tendrían
que ser castigados como a los asesinos", dijo uno de los ciudadanos
alemanes enojados.
-"¿Prisión?",
preguntó Sonneborn.
-"Mucho
peor".
-"¿Que
nos corten una pierna y un brazo?", siguió el periodista.
-"Silla
eléctrica".
-"Pero
no tenemos silla eléctrica en Alemania"
-"Eso
es una desgracia. Si estuviésemos en Estados Unidos, los hubiesen puesto
inmediatamente en la silla eléctrica".
Fuente:
Ezequiel
Fernández Moores
Canchallena
.