LA TRAMA OCULTA DE LA SUPERLIGA QUE CAMBIARÁ EL FÚTBOL ARGENTINO

Boca y River, sus promotores con la ayuda del gobierno nacional han llevado a que la AFA sufra la ingerencia gubernamental y judicial y la dejaron al borde del precipicio de la sanción internacional de la FIFA.

Gracias a los poderosos de siempre la AFA está acéfala y ocupada "manu militari" (contra lo que indican los estatutos internacionales de la FIFA) con veedores de la Justicia que maneja el gobierno nacional y con la presencia de la IGJ que también maneja el gobierno nacional. La FIFA mandó de urgencia al séptimo de caballería para que la AFA no se transforme en el nuevo ministerio macrista de la pelota. Tal es así que el gobierno nacional exige tener representantes en la normalización de la AFA.

La reforma del estatuto prevista para el 11 de julio - tras el paso a cuarto intermedio de la asamblea extraordinaria del martes pasado -, prevé la creación de la denominada Superliga, de la que tanto se habla y poco se sabe.

Si se aprueba, nada cambiará en lo inmediato. El torneo que se jugará será el mismo definido por la AFA en tiempos en que nadie quería cambiar nada más que al presidente. Serán los 30 equipos, los cuatro descensos y los dos ascensos.

La B Nacional seguirá con un presupuesto miserable aunque con algunas migajas más que el actual de un millón alcanzado con la solidaridad de Primera, donde las tres escalas históricas de reparto de dinero no se modificarán. Por lo menos para este campeonato.

Los cambios llegarán a partir de la siguiente temporada: la torta se cortará distinto y nadie garantiza que se respeten los descensos progresivos. La experiencia ha demostrado que Boca, River y el gobierno nacional juegan sucio y de apriete.

Además entre los dirigentes de los grandes y el gobierno macrista se ha pactado imponer de prepo en el estatuto que tendrá la Superliga, la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas para aquellos clubes que “deseen” acogerse a esa figura.

Hoy del tema públicamente nadie quiere hablar, pero todos los dirigentes intuyen que es una decisión tomada desde la Casa Rosada para la nueva estructura que tendrá el fútbol argentino.

El escenario conocido puede sintetizarse de la siguiente manera: Boca y River se hartaron de no poder ostentar su status de grandes históricos y pretenden un reparto absolutamente desigual del dinero comunitario, el que otorga la televización de los partidos con el pago de los correspondientes derechos.

En la Argentina, y de distinta manera de lo que pasa en la mayoría de las ligas competitivas del mundo, la diferencia entre lo que perciben grandes y chicos en Primera es la menor existente a nivel internacional.

Actualmente, existen tres escalas: en la punta de la pirámide Boca y River, más abajo Independiente, San Lorenzo, Vélez y Racing y en su base los 24 equipos que completan la Primera. De una punta a la otra, una cifra no dobla a la otra.

En España -donde la 'Superliga' se llama 'La Liga' y cuyo gerente es un militante de la extrema derecha española representante de las grandes fortunas mal habidas en la península,  vino traido al país por los cuatro grandes y el gobierno nacional para que explicara en Ezeiza - a apenas una cuarta parte de las categorías del fútbol argentino - de que se trata el tema. Se omitió informar algo básico: las diferencias entre el peor presupuesto de la Primera española con los del Barcelona o Real Madrid van de ocho a diez veces.

El interés de Boca y River, encontró a Racing como tercero en defender su implementación exprés y hasta “por fuera” de la AFA si fuera necesario y a San Lorenzo como aliado mesurado, al menos públicamente.

El único grande 'desinteresado' fue Independiente, aliado a los intereses históricos de los principios fundamentales de la AFA, donde la mayoría de los votos en el Consejo Ejecutivo siempre han estado en manos del bloque del Ascenso y las Ligas del interior. El gobierno quiere tener injerencia en la AFA para destruir esa relación y que quede de aquí en adelante en manos de los grandes.

Una parte de los equipos chicos de Primera mas algunos excepciones del Ascenso - esa clase media del fútbol, que como la de la sociedad se mira en el espejo de los acomodados y los poderosos y no de los de abajo donde pertenecen por historia popular - como Lanús, Banfield, Temperley y Huracán, entre otros, se alinearon como furgón de cola de quienes pretenden cobrar más que ellos y generar a futuro una brecha imposible de equiparar.

Claro que la madre de todas las batallas está aún por librarse el próximo lunes por la tarde. Si 60 de los 75 asambleístas no votan a favor de la creación de la Superliga, no habrá cambio posible.

A diferencia de la asamblea de la semana pasada que pasó a cuarto intermedio, esta vez algunas voluntades cambiarán de postura presionados por la amenaza de la justicia macrista de meterlos presos si no votan a favor de Boca y River.

Pero las cuentas, hoy por hoy, siguen sin dar el número que necesitan en Balcarse 50.