FUTBOL Y LAVADO DE DINERO: ¿SE ACABO LA JODA?

La UIF (Unidad de Información Financiera del Ministerio de Justicia) dictará en los próximos días una resolución por la cual los clubes argentinos de futbol de todas las divisiones y la mismísima AFA deberán blanquear todas las transferencias de futbolistas. ¿Por qué recién se implementa este control? ¿Por qué es un sector donde es muy fácil hacer negocios turbios?. Los casos de la mafia rusa e israelí en el mercado local.

En menos de un mes y en una medida que promete revolucionar la faceta económica del fútbol argentino, los clubes de todas las divisiones y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) deberán blanquear de forma obligatoria el origen y el nombre de los capitales vinculados a las transacciones de futbolistas al exterior y en el mercado interno, con la posibilidad de recibir fuertes multas y penas.

Antes de octubre, la Unidad de Información Financiera (UIF) aprobará la normativa específica de Nuevos Sujetos Obligados de dar información fiscal en el marco de la nueva Ley Antilavado, que incluye además del fútbol otros sectores de la economía y que tiene como objetivo desarmar un negocio millonario que en el mundo está muy vinculado con operaciones de blanqueo de capitales provenientes de actividades delictivas.

¿En qué consiste el pedido de informes obligatorio que ordenará el Estado Nacional? Según un adelanto de los detalles al que accedió Tiempo Argentino, la AFA sería la institución en la cual se reuniría el total de información sobre compras y ventas suministrada por cada uno de los clubes afiliados y en base a ese registro la UIF investigará las transacciones según el monto involucrado.

En principio, y como esta normativa parte de recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), se establecerán topes mínimos de las operaciones a monitorear.

En primer término, la idea sería partir de la base de operaciones por $ 500 mil.El número, que parece irrisorio si se tiene en cuenta que los pases de futbolistas son millonarios, responde a una lógica de los sabuesos del antilavado que reza que “ningún negocidor que quiera blanquear dinero va a ponerlo todo junto en un pase de muchos millones de euros”.

Esto da la pauta que la exigencia será igual para la División A y, por ejemplo, la B, la C y la D.

Adicionalmente, y como existe un sistema internacional de cooperación financiera, la UIF solicitará en los casos de transacciones dudosas, información extra a su par en el país de destino del futbolista vendido, además de lo aportado por AFA y el club vendedor.

En la actualidad, España y México son los dos destinos donde más jugadores locales se traspasan. “El sector tiene que ganar transparencia, hay demasiada plata sin justificar dando vueltas”, dijo a este diario una fuente que trabaja en la iniciativa, que no es un proceso unilateral sino que serán convocados por la UIF en las próximas semanas todos los sectores vinculados al negocio de fútbol, incluida la institución presidida por Julio Grondona y todos los clubes de las divisionales.

Al convertirse en sujetos obligados, y al margen de los sistemas de auditoría interna con que cuenten, con la nueva normativa los clubes deberán designar un oficial de cumplimiento –un representante– ante los organismos públicos, en este caso la UIF.

En la práctica, se establecen distintos tipos de penalidades en los casos donde se detecten falencias en el cumplimiento de la obligación de informar.

¿A qué tipo de penalidades se deberán acostumbrar los clubes argentinos desde octubre? En el caso de operaciones que no involucren montos de dinero, es decir, si sólo se trata de fallas operativas, la legislación establece multas que van desde $ 10 mil a $ 100 mil.

Se trata, por ejemplo, de irregularidades producto de que el club no tiene el sistema de debida diligencia armado, ya sea por no haber nombrado un oficial de cumplimiento o porque el sistema de auditoría interna no lo puso en funcionamiento.

En cambio, en aquellas operaciones sospechosas que implican montos, por ejemplo, cuando un club declara una venta por un monto inferior a la operación real, además de la denuncia penal (por evasión impositiva) le corresponde una multa que va de una a diez veces el monto no declarado.

Se espera que la AFA tome cartas en el asunto, no sólo porque su titular, Julio Grondona, es el vicepresidente del máximo organismo a nivel internacional, la FIFA, sino porque está implicada en cada una de las transferencias de jugadores locales al extranjero.

Es decir, no será un convidado de piedra. De hecho, gracias a un convenio firmado con Futbolistas Argentinos Agremiados (el gremio que debe representar los intereses de los jugadores ante sus patrones, los clubes), la AFA recibe actualmente el 3% de la venta de cada jugador involucrado en la transacción.

¿Por qué recién se implementa este control?

La posibilidad de convertir en sujetos obligados a las personas jurídicas encargadas de la organización federal del deporte es una consecuencia directa de la sanción de la Ley Antilavado promulgada en junio pasado. No sólo el deporte será epicentro de mayores controles. Inmuebles, cooperativas de crédito y el segmento fiduciario también serán sujetos obligados por la nueva ley. Además, el mismo esquema se aplicará a las ligas de básquet y rugby de este país.

La nueva exigencia que regirá en poco tiempo se da en un contexto de cuestionamiento al manejo económico de algunos clubes del fútbol argentino.

En todo 2010, la Argentina vendió 1800 jugadores al exterior, mientras que Brasil (que hasta el año pasado lideraba la exportación de talentos) vendió 1400, según el último informe de Euroamericas Sports Marketing.

La problemática del ingreso de capitales del narcotráfico y negociadores varios es además una pandemia global.

Un informe del GAFISUD al que accedió Tiempo demuestra, en base a varios casos de todo el mundo, que debido a la creciente importancia del deporte en materia económica, hay “un uso del sector futbolístico como vehículo para blanquear las ganancias provenientes de actividades delictivas”.

En esta línea, las recomendaciones de la institución anti-lavado sugieren no investigar “sólo a los clubes” sino al “sector” fútbol, para incluir entre los sospechosos de maniobras a los financistas, directivos, directivos de federaciones, políticos, televisación y apuestas y, sobre todo, a los representantes. Este último es un factor clave en la supuesta comisión de ilícitos con los dineros del fútbol.

Según datos del GAFISUD, que investiga el lavado en fútbol desde el año 2008, el mercado internacional de transferencias está integrado por más de 4000 representantes futbolísticos inscriptos oficialmente en la FIFA, cifra ampliamente inferior a la cantidad de gestores actual.

En el ámbito local, se espera que el impacto de esta normativa para controlar los pases sea un problema importante para los clubes.

De acuerdo al informe de la consultora Deloitte “Football Money League 2003-2010”, los clubes de fútbol de la Argentina obtienen el 50% de sus ingresos a través de la venta de sus jugadores, mientras que en Brasil ese ítem representa el 30% y en México el 23%. En este contexto, la pista del dinero abultado justifica la medida oficial de controlar los pases en el fútbol argentino. En los primeros seis meses de 2011, la exportación de talentos “made in Argentina” sumó más de $ 300 millones (más de 50 millones de euros), de acuerdo a datos proporcionados por Deloitte.

Un sector donde es muy fácil hacer negocios turbios

Lejos de ser antojadiza, la iniciativa que tiene en carpeta el gobierno sigue las recomendaciones internacionales de los organismos internacionales especializados en la materia.

En el estudio “Lavado de Dinero en el sector fútbol”, el GAFI hace un listado de “vulnerabilidades” del sector para ser objeto de ingreso de dinero negro.

En primer término, se considera que el fútbol es un mercado de fácil penetración, sobre todo por las escasas barreras de ingreso al sector.

Es decir, el fútbol está abierto al ingreso de inversionistas que ni siquiera tienen que ver directa o indirectamente con la actividad.

En segundo término, el GAFISUD indica que otro problema es la “diversidad de estructuras jurídicas, ya que las mismas varían de ser sociedades de responsabilidad limitada que no cotizan en Bolsa a fundaciones sin fines de lucro”. La Argentina y Brasil fueron los únicos países latinoamericanos que participaron del proyecto, que, liderado por Bélgica, también contó con aportes de Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Suecia, Suiza y el Reino Unido.

El estudio señala con claridad que los flujos de dinero transfronterizos que se encuentran en juego pueden escapar en gran medida al control de organizaciones nacionales y supranacionales de fútbol, lo que abre oportunidades para el movimiento y lavado de dinero. Todo ello con una escasa injerencia del Estado en la reglamentación de las ligas deportivas, y muchos menos al interior de los clubes, que en la Argentina, a pesar de latentes intentonas privatizadoras, siguen siendo asociaciones civiles.

Otra de las vulnerabilidades detectadas por el GAFI forma parte del sentido común de quienes siguen este popular deporte: “El carácter irracional de las sumas involucradas y la imprevisibilidad sobre resultados futuros.”

Para el organismo internacional, los precios de los jugadores “pueden parecer irracionales y difíciles de controlar”, con pases que se hacen “en todo el mundo, brindando amplias oportunidades para el lavado de dinero”.

Los pases millonarios más sospechados en el mundo. Las mafias rusa e israelí en el mercado local.

Dejé en River lo que me correspondía. Mi deuda y el tema del 15%. Más no puedo decir porque no sé”, fue la frase del ex futbolista de River, Diego Buonanotte, que pasó al Málaga español en una transacción altamente sospechada.

La operación, el caso más reciente de una venta con irregularidades, se inició con el pago de más de 5 millones de euros por parte del club, pero luego surgieron las dudas sobre un 15% de la cifra que habría resignado el jugador y que habrían cobrado funcionarios del club o uno de los intermediarios en la operación, un hombre de la empresa internacional IMG, que intervino tiempo después, casualmente, en la millonaria venta de otro ex River, Erik Lamela, a la Roma de Italia.

Tal como destaca el GAFISUD en su informe sobre lavado en el fútbol del año 2009, los representantes suelen estar en el ojo de la tormenta. En esta línea, otra de las ventas polémicas fue la de Carlos Tevez, de Boca Juniors al Corinthians de Brasil, en el año 2004 por casi U$S 20 millones.

“Me dio vergüenza cómo se tejió la venta del jugador, acá hubo varios que se llevaron millones de dólares”, dijo por entonces el ex vicepresidente del club de la Ribera, Roberto Digón, y le apuntó directamente al actual jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Es que la duda surgió por la participación de Macri en las negociaciones con la empresa MSI, del enigmático iraní Kia Joorbachian. Las sospechas siguieron y, en 2006, el presidente de Corinthians reconoció que detrás de MSI se encontraba el magnate ruso Boris Berezovsky.

El año 2007, la Policía Federal brasileña reveló a través de la operación llamada Perestroika que el objetivo del multimillonario ruso era lavar dinero. El club de fútbol Corinthians era una plataforma utilizada por los dueños de MSI para el lavado de dinero, y los jugadores más importantes del plantel y aquellos con los sueldos más altos, cobraban sus sueldos en cuentas abiertas de la MSI en paraísos fiscales.

Otro extranjero vinculado al “fútbol negro”, y en su momento investigado por la AFIP, fue el empresario israelí Pinhas Zahavi, con muchos negocios vinculados a River Plate. Pinhas se hizo famoso por ser un hombre cercano al megamillonario ruso Roman Abramovich, actual dueño del Chelsea inglés. El israelí participó en 2001 en la venta de Juan Sebastián Verón, por U$S 55 millone,s a los Red Devils ingleses.

La llegada a la Argentina de Zahavi se profundizó en 2006, cuando logró un vínculo con los empresarios futbolísticos Fernando Hidalgo y Gustavo Arribas a través de la empresa Haz. En aquel momento, compró el 50% del pase de Gonzalo Higuaín y el 40% de Fernando Beluschi, ambos con destino europeo. La operación, curiosamente, se hizo por medio de una triangulación con un equipo suizo de segunda división, el Locarno. En su momento, los medios locales destacaron que, durante su paso por Racing, paradójicamente, jugadores como Claudio “El Piojo” López, Nicolás Cabrera y Gustavo Cabral estaban inscriptos en la AFA como jugadores de Locarno.

En esta línea, el informe de 2009 sobre lavado en el fútbol elaborado por el GAFI, que cita múltiples casos reales preservando la identidad de los involucrados, destaca una transacción sospechosa en el fútbol argentino. “Un club de fútbol con un gran endeudamiento (…) firmó un contrato de administración con un fondo colectivo de inversiones constituido en un paraíso fiscal, por medio del cual el fondo de inversiones se comprometía a asignar fondos con el fin de cancelar las deudas de la sociedad y participar de las ganancias”, destaca el informe, y agrega que “el club luego adquirió a un jugador X de otro club del fútbol local (Argentina) por U$S 20 millones.”

El club, con sede en ese país –sigue el trabajo– “transfirió los fondos a una cuenta que el club vendedor tiene en otro país”, por lo cual “los fondos nunca ingresaron a la Argentina (…) y es poco lo que se sabe acerca del origen de los mismos o de la cuenta en la que fueron depositados en otro país”.

Cualquier coincidencia con la venta de Tevez a Brasil es pura casualidad.