AFIP: SE ACABO LA JODA EN EL FUTBOL ARGENTINO


LA AFIP VA A FONDO CONTRA LOS “GRUPOS INVERSORES”, LOS DIRIGENTES, LOS REPRESENTANTES DE JUGADORES Y LAS “TRIANGULACIONES” QUE VACIAN PATRIMONIALMENTE A LOS CLUBES DE FUTBOL

Amparados por clubes casi vaciados y necesitados de dinero, los empresarios con plata fresca, se fueron apoderando de porcentajes de los derechos económicos de jóvenes promesas, a las cuales también representaban.

La nueva normativa de la AFIP al fusionar los derechos federativos con los económicos intenta reforzar las deterioradas economías de los clubes, legalmente constituidos como sociedades civiles sin fines de lucro, en desmedro de los intereses privados que primaron en los últimos tiempos y que produjeron enormes ganancias lucrando con la necesidad de las instituciones de contar con ingresos frescos para mantenerse en funcionamiento. 


Como la FIFA exige en sus estatutos que los futbolistas pertenezcan a los clubes y no tiene permitido que personas físicas sean dueñas de jugadores, la trampa legal que se encontró fue la de “derechos federativos” y “derechos económicos”.

Mediante los derechos federativos, los clubes seguían manteniendo la propiedad de los jugadores ante cada asociación nacional, en este caso la AFA.

Y a través de los derechos económicos, los inversores privados podían comprar a los futbolistas, sin importar aquel vericueto legal.

Ahí surgió un nuevo negocio.

Cuando los representantes de futbolistas se dieron cuenta de que podían ser los verdaderos dueños de los jugadores, apareció la doble figura de representante/empresario.

Amparados por clubes casi vaciados y necesitados de dinero, los empresarios, con plata fresca, se fueron apoderando de porcentajes de los derechos económicos de jóvenes promesas, a las cuales también representaban en busca de mejores contratos ante los clubes.

Esa dualidad motivó que muchísimos jugadores - incluso aconsejados por sus propios dueños, aunque en calidad de representantes - abandonaran sus equipos y se marcharan a destinos exóticos, sin que importara demasiado su potencial carrera.

Y tampoco los clubes, por más que en los papeles eran los dueños de los derechos federativos, tenían demasiadas opciones de retener a sus jugadores, sin importar si estaban peleando por no descender, por un título o por disputar la final de la Copa Libertadores.

Obviamente, los jugadores se les iban sin recibir un peso, si es que ya se habían desprendido del 100 por ciento de los derechos económicos con anterioridad.

Para que el negocio cerrara por todos lados, los empresarios también tenían la posibilidad de triangular pases con clubes chicos de Uruguay y Chile (como los que administran en Uruguay un ex presidente de Chacarita Juniors y en Chile un ex abogado de Chacarita Juniors), donde colocaban los derechos federativos de los jugadores y podían tributar menos impuestos que en Argentina, antes del salto de los futbolistas a Europa.

El año pasado, a fines de agosto, Echegaray calificó esos destinos como “paraísos fiscales deportivos” cuando le bloqueó el CUIT a 149 agentes futbolísticos y obligó a varios jugadores, como Jonathan Bottinelli, Emmanuel Gigiotti, Román Martínez, Denis Stracqualursi o Ignacio Piatti, entre otros, a regularizar su situación ante el fisco. Incluso, los clubes que los habían incorporado no los utilizaron durante dos fechas hasta que arreglaran los papeles.

Esta nueva regulación de la AFIP apunta a los empresarios futbolísticos. Los representantes mantendrán sus status y no deberían tener mayores inconvenientes para seguir cumpliendo sus funciones.

Las complicaciones surgirán para los empresarios e inversores, que deberán inscribirse en un registro de “hombres de negocios deportivos”, de acuerdo al anuncio que hizo ayer Echegaray.

En ese listado deberán informar el monto de cada operación y el porcentaje que adquirieron de cada futbolista, aunque los derechos económicos seguirán siendo de los clubes, junto con los federativos. En caso de una futura transferencia, el club vendedor, a través de una cuenta bancaria que debe abrir, recibirá el dinero de la operación y recién después el empresario cobrará la parte que le corresponda. Además, el club funcionará como agente de retención de ganancias.

La gran masa de socios e hinchas del fútbol argentino asumieron con aprobación las medidas dispuestas por la AFIP, especialmente porque los más perjudicados por la nueva resolución son los tristemente célebres grupos inversores o empresarios relacionados directamente las mas de las veces con las propias dirigencias de los clubes, siniestra sociedad que hacen gruesas y rápidas ganancias vaciando patrimonialmente a los clubes y dejándolos con inmensas y millonarias deudas que ponen en peligro de privatización,  gerenciamiento o entrega de los juveniles a fideicomisos tambien relacionados con los grupos inversores y sus socios dirigentes.