El llamado desde Suiza cayó como un baldazo de agua fría en la Casa Rosada. Desdiciéndose de lo prometido a Macri hace menos de un mes, ayer el propio Gianni Infantino y a pesar de la diferencia horaria, tomó personalmente el teléfono para llamar al presidente argentino y ponerlo al tanto que el comité ejecutivo de la FIFA no permitirá la intervención de la AFA por parte de la Inspección General de Justicia (IGJ).
Y se ocupó de dejarle bien en claro que intervenir la AFA
implicaba a partir de ese mismo momento que la Argentina se olvidara de jugar
el mundial de Rusia en el 2018 o los clubes argentinos participar en campeonatos
como la copa Libertadores.
Cuando llegaron a la AFA los grandes no solo sabían que se
habían quedado sin la bala de plata sino que sus enemigos del ascenso también
lo sabían. Por ende la pelea prometía ser de igual a igual.
La feroz disputa no es si hay o no hay superliga. En este tema el
bloque del ascenso está dispuesto a aceptarlo en tanto y cuanto las
proporciones de los ingresos de los derechos de la televisación de los partidos
se aproxime al ideal. Mitad para la superliga de 14 clubes y mitad para el
resto de los clubes.
Pero ocurre que en el proyecto de los grandes la parte del
león (85%) se lo quedan ellos. Encima, de ese 85% para los 14 clubes de la superliga solo
la mitad de ese 85 va en catorce partes iguales. La otra mitad de la quedan
entre los grandes.
El macrismo estaba ayer tan flojo de clubes de primera que aceptaba integrar en la superliga a equipos de la B Nacional, ascendiéndolos por decisión
de ¡ellos mismos! Pero ese plan B también se les cayó: ayer el club del ascenso al que
suponían pingo de ellos (porque su CD es toda del PRO: Nueva Chicago) los abandonó
y se pasó al bloque del Chiqui Tapia.
En realidad la batalla es porque los grandes quieren
modificar el estatuto de la AFA que permita la creación de la superliga en una asamblea extraordinaria el 9 de
junio, fecha anterior a las elecciones. El macrismo carece de los votos para ganar las
elecciones en AFA el 30 de junio.
El bloque de los clubes del ascenso, las ligas del interior y una parte de los equipos "chicos" de la A en cambio plantea celebrar el 30/6 las elecciones e
inmediatamente después llamar a asamblea extraordinaria para modificar el estatuto y permitir la superliga.
Pero obviamente para el gobierno nacional no es lo mismo una
AFA gobernada por sus amigos políticos (Boca, River, Racing, San Lorenzo, Estudiantes
de la Plata y Vélez) que gobernada por el resto del fútbol argentino.
Porque será la AFA la que administrará los 2.000 o inclusive
los 3.000 millones de pesos anuales que Turner-CNN pagará para quedarse con los
derechos de la TV que la multinacional piensa utilizar luego como principal activo comercial para
vender telefonia e internet propios y meterse de lleno a disputar el negocio de
Personal, Movistar, Claro, Fibertel y Cablevisión de Clarín, Direct TV y Fox)
Aún así y todo, los grandes piensan jugar pesado y sucio. A través
de Angelici (denunciado por su manejo desvergonzado de la justicia argentina por alguien como Carrió) cuentan con la ayuda del partido judicial del gobierno que no dudará
en montar causas y procesar y mandar a prisión a quien se les cruce en el
camino. La servicial jueza Servini de Cubria solo espera las respectivas órdenes
del Tano.
Ayer mismo Angelici volvió en Ezeiza a amenazar a tres
dirigentes con meterlos ya en cana y a otro par plantarles y montarles causas
de ser necesario para que terminen en prisión. Y agregó: “ni se les ocurra que
van a dejar a Boca y River fuera del manejo de la guita de la AFA”
La chicana del Chiqui Tapia no fue menos feroz: "¿Vos
hablás con Macri? A nosotros él nos comenzó a llamar” y . “¿Vos hablás con
Infantino? Nosotros estuvimos toda la semana hablando con él en el Congreso de
México".
Angelici no se bajó del caballo y salió de la frustrada reunión y en breve conferencia de prensa
dijo:
"NO creo en los consensos, porque ante la falta de
acuerdo llegó el momento de DIVIDIR y armar un nuevo torneo con solamente 14 equipos".
La ruptura de la AFA por parte de los grandes es cada vez más
probable. Si no logran imponer por el apriete el cambio del estatuto antes de
las elecciones tambien es cierto que tampoco pueden ir a elecciones porque las
perderían.
La salida fundamentalista de los grandes sería
secesionarse de la AFA, armar una AFA particular privatizada que aunque no sea
reconocida por la FIFA, su superliga 14 seria la televisada por Turner-CNN y de esa manera quedarse de prepo con los 2 mil o 3 mil millones de pesos. Esta salida fundamentalista aún no ha sido del todo aprobada por Macri por miedo a que se le prenda fuego el país por un tema al que considera menor a pesar de todo y en ese sentido tanto Durán Barba como Marcos Peña lo están presionando para que les suelte el brazo a Angelici y companía.
Otro futuro y probable problema deberá enfrentar el gobierno, el cual parecería no ha evaluado bien que los daños colaterales puedan sufrirlo principalmente en la Casa Rosada: Macri ha decidido que el cargo de CEO de la super liga sea ocupado por Lammens en lugar de Tinelli, al que considera peligroso por el alto poder de fuego mediático que posee el conductor televisivo. Algunos consideran que tal maniobra obliga a Tinelli a arrojarse a los brazos del Chiqui Tapia
Otro futuro y probable problema deberá enfrentar el gobierno, el cual parecería no ha evaluado bien que los daños colaterales puedan sufrirlo principalmente en la Casa Rosada: Macri ha decidido que el cargo de CEO de la super liga sea ocupado por Lammens en lugar de Tinelli, al que considera peligroso por el alto poder de fuego mediático que posee el conductor televisivo. Algunos consideran que tal maniobra obliga a Tinelli a arrojarse a los brazos del Chiqui Tapia
Angelici mientras tanto sigue con su "blitzkrieg": mientras monta los planes para la superliga, se apronta a aniquilar con un bombardeo masivo de causas penales a la dirigencia de la AFA además de dejarla sin dinero alguno para que
pueda seguir subsistiendo (aunque siguiera reconocida por la FIFA) y una vez
generalizada la quiebra económica de la mayoría de los clubes argentinos, regresar luego a una AFA famélica y ponerla al servicio de sus intereses económicos y políticos mientras compra por chauchas y palitos a través de empresas amigas la mayoría de los clubes ya quebrados para ese entonces de la B Nacional y parte de los de la A.
