Parece
un chiste pero la dirigencia que votó por abrumadora mayoría, por 70 a 1 a favor de modificar los estatutos de AFA para
incorporar la Superliga… ¡No conoce los estatutos de la Superliga!
Y no
los conoce ni los conoció porque en sus detalles, todavía está en preparación. Circulan
borradores y la versión definitiva será la que debe ser presentada ante la
Inspección General de Justicia (IGJ) que debe darle el visto bueno. Luego
quedará en manos del Comité Normalizador de FIFA darle aprobación definitiva.
Ese
estatuto todavía está en preparación, que circula por las esferas dirigenciales
de los clubes y que despertó resistencia en los clubes del ascenso,
especialmente en los de la B Metropolitana, la C, la D y los Torneos Federales Argentino
A, B y C.
Existe
una cláusula embrollada que plantea una especie de “derecho” de admisión para
el ingreso a la Superliga (por ejemplo, coronándose de la B Metropolitana o del
Argentino A); un club podría quedar excluido si no cumple ciertos requisitos “financieros”
o de “seguridad deportiva”
Por
lo tanto, y de aquí en más y en tanto y cuanto se mantenga esta polémica cláusula
discriminatoria (en pleno siglo XXI) se ha impuesto en el fútbol argentino el
apartheid del balón
Los
campeonatos de la B Nacional estarán integrados por aquellos clubes que los grandes
han decidido puedan participar.
O
sea que puede llegarse a dar el caso que el campeón de la B Metropolitana o el
campeón del Argentino A no puedan jugar en la B Nacional y en su lugar lo hagan
equipos por debajo de ellos deportivamente, pero que según los grandes de la
Primera A, cumplen los requisitos financieros o de infraestructura que a los
argengarcas futboleros de siempre han impuesto desde su clásica perspectiva: ir
por todos
